Maat

 



Según la cosmogonía del Antiguo Egipto el universo fue creado en un estado de perfecto equilibrio y así habría que mantenerlo a toda costa. Tras la creación del mundo, nació la diosa Maat como personificación del orden universal y la encarnación del concepto de Verdad. Ella era el medio a través del que todo debía vivir, incluyendo los mismos dioses. 

El dios creador Atón recibía precisas instrucciones en un texto para que inhalase “a tu hija Maat…para que su corazón pueda vivir” mientras que otro, a Amon-Ra, rey de dioses, se le dice que “Maat es el aliento para tu nariz, tu pan es Maat y tu cerveza es Maat”. Las orientaciones transmitidas por Maat tenían que ser seguidas absolutamente por todos para impedir que las fuerzas del caos alterasen el orden cósmico que Maat representaba. En el más allá, donde se decía que los benditos muertos “vivían en Maat” ella seguía manteniendo la justicia, de pie junto al trono de Osiris, “Señor de Maat”, a fin de guiarlo en su juicio a los muertos. 

Descrita como hija de Ra y hermana del rey, Maat suele aparecer con una larga pluma en la cabeza. Esta figura es la que se refiere a su nombre en los jeroglíficos, aunque también puede ser representado como una pluma sola o como símbolo que probablemente substituya al montículo primigenio lo cual indicaría la función primordial de Maat en el mantenimiento de la creación desde el inicio de los tiempos.

Egipto. El libro de la vida y la muerte. Joann Fletcher